Hace una semana fui a Suecia a visitar a una amiga y como casi siempre que salgo de Málaga, volví con esa sensación de felicidad y tristeza a la vez.

Sólo estuve 5 días en Estocolmo y es una ciudad preciosa, totalmente nevada por si había dudas. Recomiendo a todo el mundo que vaya, que pasee por sus calles y que como mínimo coja el ferry hasta Djurgården (una de las 14 islas que forman Estocolmo) donde se puede echar el día completo entre sus parques, zoo y zona de museos.

Esta es una lista de mis impresiones:

  • Nada más bajar del avión estaba todo repleto de nieve. Habían hecho hueco para la pista de aterrizaje, como con las carreteras, y la habían amontonado a los lados. Montículos de nieve de hasta más de un metro. Mi amiga me contó que realmente es un problema cuando nieva tanto, ya que no saben dónde meter la nieve y no pueden echarla toda al mar, porque está bastante contaminada.
  • En el aeropuerto me tocó un control «aleatorio» de equipaje. La última vez aprendí que el mismo policía que te lo saca todo tiene la obligación de recolocártelo (con suerte te lo dejan incluso más ordenado de lo que lo llevas). Cuál fue mi sorpresa cuando al terminar, me dijo que “ya podía recolocarlo”. ¿Yo? Y sí, por desgracia, es así. Me señaló uno de los varios carteles repetidos que decían que en Suecia la ley es al contrario, así que eres tú el que tienes que hacer y deshacer la maleta.
  • La siguiente cosa que me chocó ese mismo día es que por donde iba pasando veía a gente joven trabajando: vigilantes en el metro, cafeterías… (algo debe ir mal en nuestro país si me pasa esto). 
  • Los precios también me chocaron. Esperaba las cosas más caras en general pero la sensación que tuve en todo momento fue que los precios son mucho más razonables que en España. Y más teniendo en cuenta que su nivel de vida y poder adquisitivos son “algo” mayor que el nuestro. Cuando he estado, 1 euro equivalían a casi 9 coronas suecas (1.00 EUR = 8.73209 SEK). Unos ejemplos, ya en euros directamente:
    • Ida y vuelta desde el aeropuerto de Skavsta hasta Estocolmo: 22,50€ ida y vuelta.
    • Billete de metro (un viaje): 3,40€ (esto sí me pareció una pasada, pero existen tarjetas para varios días)
    • Tarjeta (juas) de transportes ilimitada para 3 días: 22,50€
    • Kebab con refresco: 5,60€
    • Entrada a una fiesta: 16,90€
    • Cerveza en un bar: la más barata la pagué a 4,50€ y la más cara a 7,50€.
    • Esquiar (forfait y alquiler de skis): 45€
    • Internet 100Mb: 30€ al mes
  • No son tan rubios y rubias como me imaginaba (esa imagen que solemos tener es de Finlandia por lo visto).
  • Mientras que en el metro de Madrid, mucha gente se saca su librillo para leer, en Estocolmo predomina es la gente joven (y no tan joven) con los móviles.
  • Son simpáticos aunque el mal tiempo les deprima y no paran de consultar el informe meteorológico con la esperanza de ver que el día de mañana haga grados positivos.
  • Fue fácil encontrar a gente que chapurreara español. Parece que es una lengua que les gusta y que eligen entre las varias posibilidades que les ofrecen. Muchos también lo hablan porque uno de sus progenitores es chileno. Me sorprendió que hubieran tantos chilenos.
  • Los divorcios están a la orden del día, por eso es más común que tanto tus padres como los de tus amigos estén divorciados que casados todavía.
  • No encontré a nadie que hablara un mal inglés o que no lo hablara. Me sorprendió más cuando me contaron que muchos de ellos consideraban que lo hablaban mal, al no hablarlo tan fluído como el sueco.
  • El sueco no es tan difícil como creía, de hecho se parece al inglés, y además se pronuncia casi casi como se escribe. Algunas frases útiles:
    • Ja / Nej (Sí / No)
    • Vi väntar har. (Nosotros esperamos aquí)
    • Tack / Tack så mycket / Varsågod. (Gracias / muchas gracias / de nada)
    • Hej / Hej då! (Hola / Adiós)
    • Jag hoppas du kommer på festen (Espero que vengas a la fiesta)
    • Två öl, en för dig, en för mig (Dos cervezas, una para tí y otra para mí)
    • Bra / Mycket bra (Bien / muy bien)
  • Me encantó la idea de que los jóvenes cuando terminan el instituto a los 18 años por lo general, se toman 2 o 3 años sabáticos, viajando o trabajando y luego empiezan sus estudios superiores. Suelen irse a Noruega donde los salarios son mayores, aprovechando la similitud entre la lengua sueca y la noruega.
  • La matrícula de la universidad es gratuita (para todos los ciudadanos de la Unión Europea) y además el gobierno paga (800SEK) 900€ al mes a los estudiantes, pudiendo percebir esta ayuda hasta 6 años. Por ello, muchos estudiantes están independizados y el problema para independizarte si eres estudiante no es el dinero, sino encontrar una casita o estudio. Una vez que empiezan a trabajar, tienen que ir devolviendo la mitad de lo que han recibido durante sus estudios. Los ingenieros suelen salir de la universidad cobrando los (30.000SEK) ~3.400€. Mi amiga, sin embargo, me comentó que el país iba mal ultimamente :P. ¿Fuga de cerebros? ¿Qué es eso?
  • El Estado tiene el monopolio del alcohol en sus tiendas “Systembolaget” (que significa “la compañía del sistema”) y abren hasta las 7 de la tarde de lunes a viernes, hasta las 3 de la tarde los sábados, y no abre los domingos, por lo que tendrás que planear bien tu borrachera. Estuve en una un viernes 25. Por ser día 25, que es cuando cobran los estudiantes, y viernes, en la tienda no se cabía y tuvimos que hacer cola para entrar. ¡Flipante!
  • Estocolmo es bastante cosmopolita y no son comunes los restaurantes de comida sueca, así que no pude probar nada “típico”, excepto:
    • Strömming på knäckebröd (arenques en knäckerbröd, un pan crujiente)
    • Semla
  • ¡¡Encontré mi sazonador favorito en el supermercado: Citronpepper!!
  • Ice bath sauna
  • Estuve un día en el hackerspace Proxxi, donde encontré a gente interesante con la que charlar.

Foto strömming på knäckebröd tomada del usuario barolo en Flickr, con licencia CC BY-NC. Foto Semla tomada del usuario Frugan en Flickr, con licencia CC BY.